Egipto y su laberinto secreto

Hace 2.500 años, en Egipto hubo un laberinto que, en palabras de alguien quien pudo admirarlo, «superó incluso a las pirámides».


Era una construcción enorme, que constaba con dos plantas. En el interior, había ni mas ni menos que 3.000 habitaciones diferentes, todas ellas conectadas mediante un sinuoso laberinto de pasillos tan complejos que nadie podía encontrar la salida a menos que contara con una guía. Por debajo de esta construcción, había un nivel subterráneo donde se ubicaba una tumba para los reyes, y en la parte superior había una terraza de impresionantes dimensiones hecha de una sola piedra gigantesca.

Recreación del Laberinto

Innumerables escritores antiguos describieron haber presenciado su magnificencia personalmente, pero luego de 2.500 años, todavía nadie esta seguro al ciento por ciento de su ubicación. Lo más cercano que se ha encontrado es una enorme meseta de piedra de 300 metros de ancho que algunos creen que alguna vez fue la base del laberinto. Sin embargo, si es así, eso significaría que el paso del tiempo habría borrado para siempre parte de esta impresionante construcción de la faz de la tierra.

En 2008, un equipo de especialistas escaneó dicha meseta utilizando un georadar y descubrió que en efecto, debajo había un laberinto subterráneo como el que describieron los escritores antiguos.



Sin embargo, hasta el momento, nadie lo ha excavado o ha logrado ingresar. Hasta que eso no suceda, no sabremos con certeza si realmente ha sido recuperada del olvido una de las mayores maravillas arqueológicas de Egipto.

El secreto revelado

Heródoto escribió sobre el Laberinto en el siglo V a.C en su libro Historia:

Tiene doce patios cubiertos, seis en fila orientados hacia el norte, seis hacia el sur, las puertas de uno quedan exactamente frente a las puertas del otro.
En el interior, el edificio es de dos pisos y contiene tres mil habitaciones, de las cuales la mitad son subterráneas y la otra mitad se encuentra directamente encima de ellas.
Me llevaron a través de las habitaciones en el piso superior, así que lo que diré de ellas es de mi propia observación, pero de las subterráneas solo puedo hablar de lo que me contaron, debido a que los egipcios a cargo se negaron a dejarme verlas, ya que contienen las tumbas de los reyes que construyeron el laberinto, y también las tumbas de los cocodrilos sagrados.
Las habitaciones superiores, por el contrario, sí las vi, y es difícil creer que hayan sido construidas por hombres; Los desconcertantes e intrincados pasajes de una habitación a otra y de un patio a otro fueron una maravilla interminable para mí, ya que pasábamos de un patio a habitaciones, de habitaciones a galerías, de galerías a más habitaciones y de allí a más patios.
El techo de cada cámara, patio y galería es, al igual que las paredes, de piedra.
Las paredes están cubiertas con figuras talladas, y cada patio está exquisitamente construido de mármol blanco y rodeado por una columnata».

Heródoto, Historia

Durante mucho tiempo, la verdadera ubicación del Laberinto permaneció desconocida.

Desde que Heródoto visitó el legendario laberinto de Egipto hace 2500 años, el edificio desapareció en la niebla del tiempo.

¿Laberinto hallado?

Lo que queda al día de hoy de la Pirámide de Hawara.
En 1888, el profesor Flinders Petrie localizó la presunta ubicación real del laberinto egipcio. Quedaban suficientes cimientos originales como para permitir determinar de manera aproximada el tamaño y la orientación del edificio. El laberinto tenía unos 304 metros de largo y 244 metros de ancho. En otras palabras, los templos de Karnak y Luxor cabrían ambos dentro de esta monstruosa construcción.

Cuando la Expedición Mataha escaneó el área de la base de la pirámide en Hawara en 2008, las lecturas indicaban la presencia de cámaras complejas y paredes de varios metros de espesor debajo de la superficie a una profundidad considerable.

Los hallazgos del equipo de investigación confirmaron que había vestigios arqueológicos al sur de la pirámide de Amenemhat III en Hawara, sin embargo aun permanecen enterrados.

Conclusión

No es la primera vez que oímos de hallazgos de este tipo en Egipto, y por algún motivo el gobierno del país africano se las ingenia para evitar que excaven y saquen a la luz los secretos de esta civilización. Y es que este cambio de paradigma resulta incomodo para los sectores mas ortodoxos tanto de la arqueología como de la ciencia en general.

Esperemos que algún día los gobiernos colaboren en esta búsqueda de conocimiento para que podamos crecer como sociedad en lugar de entorpecerla con el afán de monopolizar el saber.

Mientras tanto, el laberinto seguirá aguardando bajo las arenas del desierto..

Publicar un comentario

0 Comentarios